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Apacentando Moisés las ovejas de su suegro Jetro, sacerdote de Madián, guió las ovejas más allá del desierto y llegó a Horeb[a], el monte de Dios. Entonces se le apareció el ángel del SEÑOR en una llama de fuego en medio de una zarza. Él observó y vio que la zarza ardía en el fuego, pero la zarza no se consumía. Entonces Moisés pensó: “Iré, pues, y contemplaré esta gran visión; por qué la zarza no se consume”.

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Footnotes

  1. Éxodo 3:1 Otro nombre para el monte Sinaí.